Por los Cortados de Uña el 6 de Abril de 2014

Una espectacular ruta en un espléndido día.

Así podríamos definir esta jornada por los Cortados de Uña en la Serranía Conquense.

Tras un viaje con bastantes tramos de niebla, nos hemos reunido un total de 41 personas de Albacete, Villamalea, Villalpardo, Alcalá del Júcar, Quintanar del Rey, Motilla del Palancar y Tarazona, que tras tomar un café en el bar junto a la carretera servido por un camarero algo malhumorado, hemos comenzado nuestro periplo.

Hacer especial mención a que hemos contado con la senderista más joven de nuestra historia, que con solo 20 meses, se portó como una campeona.

El primer tramo que va junto a la Laguna de Uña, discurrió entre la niebla, por lo que era necesario imaginarnos tanto la laguna, como los impresionantes cortados que la rodean. Si bien este fenómeno meteorológico quizás ayuda a hacer más verídicas la leyendas que circulan sobre este lago.

Tras recorrer unos centenares de metros por un camino asfaltado que pasa también junto a la Escuela Regional de Pesca, acometimos la ascensión a la parte de arriba de la pared vertical que se levanta ante nosotros, una senda que sale a nuestra derecha, con 300 metros de desnivel y que se denomina “El Escalerón” no difícil de subir por que las pendientes aunque permanentes, no son excesivamente pronunciadas. Además, este sendero está envuelto por una gran variedad de vegetación.

Conforme hemos ido subiendo, la niebla se ha ido retirando y a medida que tomábamos altura podíamos observar lo majestuoso del lugar. Y falta decir que la niebla se retiraba y la temperatura subía.

Sin duda, lo caprichoso de las formas rocosas y lo hermoso del horizonte, hacía que no pudiéramos evitar el posar y hacer fotos sin parar.

Una vez en la parte superior de los cortados, junto al camino, como si de balcones se trataran los precipicios invitaban a hacer posados, eso sí muchas veces no aptos para personas con vértigo. No podíamos evitar asomarnos al “abismo” pero tumbaditos en el suelo, ya que valentías, las justas.

A medida que avanzábamos por la senda de arriba, muy cómoda, el grupo se iba estirando ya que entre las fotos y el avistamiento de nidos con buitres nos íbamos entreteniendo.

Y así hasta llegar al sendero  donde iniciamos la bajada por uno de los antiguos caminos de caballerías que utilizaban los lugareños de Uña y que discurre por "La Raya", una continuación de encajonamientos y callejones muy propios de estos relieves cársticos que embellecen aún más esta gran ruta. Musgos, helechos y rocas húmedas son la nueva compañía en estos primeros metros de bajada. Unos estrechamientos propios de las películas más aventureras y que aumentan el valor de esta ruta. Finalmente salimos de este entramado de callejones para  serpentear por la misma pared de los cortados, por unas hendiduras de la roca, que ante la majestuosidad de la pared nos hacía parecer hormiguillas haciendo túneles.

Y ya por una senda zigzagueante bajamos al otro lado de la laguna, y encaminarnos bordeándola hacia el punto de partida, no sin antes ver como no contentos con lo realizado, un grupete decidió bajar hasta el curso del Júcar que cae en pequeñas cascadas.

Así completamos esta ruta circular (pondremos la distancia y el track del perfil cuando nos lo pase El Peque)

Tras tomar un refrigerio en el bar, nos encaminamos con nuestros coches hasta un parque que se ubica en el paraje denominado Fuente del Arenazo, en la carretera que une Uña con Buenache de la Sierra, muy cerca del embalse de la Toba.

Allí y aprovechando este caluroso día comimos la viandas saladas, dulces, con vino, y café.

Hubo quien aprovecho y se echó un pestañeo tumbado en el suelo. Tras acabar la comida, unos regresaron directamente a sus casas y otros, aún les quedó tiempo para turistear por Cuenca capital.

En definitiva, como decíamos al principio, un día 10 de senderismo, en el que nos atrevemos a decir, que nos lo hemos pasado muy bien.

Os dejamos aquí algunas FOTOS.

Al álbum iremos añadiendo las que nos vayáis enviando.